La digitalización ha roto fronteras, horarios y oficinas. Lo que antes era una excepción hoy se consolida como norma: trabajar desde casa, desde una cafetería en Lisboa o desde una cabaña en la montaña. Los nómadas digitales y el trabajo remoto son ya una realidad imparable en la era 4.0. Y, sin embargo, en medio de esta transformación, la prevención de riesgos laborales vuelve a quedar fuera del foco.
Libertad sí, pero con derechos
Teletrabajar puede ser sinónimo de libertad, conciliación, autonomía. Pero también lo es —y no lo olvidemos— de aislamiento, hiperconexión, difusas fronteras entre la vida personal y laboral, ergonomías precarias y desprotección jurídica.
¿Quién vela por las condiciones de trabajo de quien no pisa una oficina?
¿Dónde queda el derecho a la desconexión?
¿Quién garantiza la evaluación de riesgos en un puesto de trabajo que puede cambiar cada semana?
Oportunidades que requieren responsabilidad
Es innegable que el trabajo remoto abre oportunidades:
-
Mejora la conciliación.
-
Reduce tiempos y costes de desplazamiento.
-
Permite acceder a empleos de calidad desde zonas rurales o menos desarrolladas.
Pero estas ventajas no pueden ir desligadas del cumplimiento normativo y del cuidado de la salud física y mental de quienes trabajan en esta modalidad. Y aquí es donde muchas empresas aún no están a la altura.
El papel de las empresas: no vale con enviar un portátil
La responsabilidad empresarial en la prevención de riesgos laborales no desaparece por el hecho de que el puesto de trabajo esté en casa o en remoto. Todo lo contrario: requiere nuevas formas de pensar, de evaluar y de acompañar a las personas trabajadoras.
Desde CITPS reclamamos:
-
Evaluaciones de riesgos adaptadas al entorno remoto, con participación real de las personas trabajadoras.
-
Formación en ergonomía y salud psicosocial, más allá del clásico PowerPoint.
-
Protocolos eficaces contra el tecnoestrés y el aislamiento.
-
Dotación de medios y equipos adecuados: no basta con un portátil, hace falta una silla adecuada, una mesa estable y buena iluminación.
-
Medidas de control razonables, transparentes y negociadas: la vigilancia digital no puede ser una excusa para invadir la intimidad.
Prevención en remoto: ni un paso atrás
La prevención tiene que evolucionar con el mundo del trabajo. Pero lo que no puede hacer es desaparecer. No podemos permitir que, en nombre de la flexibilidad o de la tecnología, se diluyan los derechos de las personas trabajadoras.
Desde el CITPS defendemos que el trabajo remoto no es trabajo de segunda, y que los profesionales de la prevención debemos tener voz activa en el diseño de los nuevos entornos laborales. Porque si no lo hacemos nosotros, nadie más lo hará por nosotros.
Una llamada al sector
Si trabajas en prevención y salud laboral, ya lo sabes: el cambio está aquí, pero el reconocimiento, las condiciones dignas y la protección de tu labor no llegan solas. Por eso nace el CITPS. Porque no se puede cuidar a los demás si nadie cuida de ti.